Un paseo por Radio y TV

Nace un nuevo canal de televisión dedicado exclusivamente a la información (así lo dicen). Me acerco a él y me encuentro a una actriz de telenovelas, ahora devenida en promotora del New Age, como anfitriona de un programa dedicado a estas supercherías. No soporté las necedades y en volandas me fui de allí.

Días más tarde regreso al nuevo canal que se vende así mismo como equilibrado. Pues casi pierdo el equilibrio (emocional) cuando me encuentro a otra señora, para mi desconocida, entrevistando a un mago mediático del horóscopo. Luna, Marte retrógrado, Cáncer en confluencia con Virgo… todo nos avisa que Venezuela pasará por una crisis. Dejo la polvareda cansado de la estridente voz y la atropellada charlatanería de este brujo.

Decidido a darle una última oportunidad, días después volví al sitio. Me encuentro a un personaje que ha migrado por varios canales de la TV nacional. Se la pasa meditando y haciendo calistenias orientales. Da consejos no solicitados sobre la vida, paz y cuanta cosa pueda hacerme escapar de mi agobiante desatino televisivo.
Nada más. Creo que nunca volveré a este “des-informativo” lugar.

Entre la inacabable numeración de canales que tiene mi servicio de televisión satelital, en la centena de las emisoras locales, aparece uno que no termina de cuajar. Su producción es pobre y limitada. Presenta series o películas de vetusta factura y poca calidad. No sé como se mantiene por que no tiene publicidad y no conozco a nadie que lo vea; o que reconozca haberlo hecho.

Resulta que este canal también se ha dado a la promoción de lo irracional. Allí aparece un señor que dicta unas cátedras de movimientos tipo Tai-Chí. Vestido con una indumentaria que asemeja la de un personaje de las películas de Bruce Lee y mientras realiza movimientos en cámara lenta habla de energías que recorren el cuerpo, de comunicaciones con Dios, chakras y sanaciones espirituales.

Ayer, no más, se la pasó hablando de la bendición del dinero…

Entro en otro canal nacional. Voy al programa diario de un afamado y matutino comentarista político. Acérrimo perseguidor de las vergonzantes actuaciones gubernamentales, escarba meticulosamente, ahonda en los detalles de las corruptelas y denuncia los desatinos de los personajes de la política nacional. No deja piedra sin mover. Presenta escritos, fotocopias de los cheques que malversan el patrimonio nacional, fotos, videos, documentos, declaraciones de testigos, cita la Constitución como si fuese un libro escolar… escucharlo nos agobia. Es tal su afán por documentar los asuntos que abruma. Se de algunas personas que sufren viéndolo.

Parece incongruente que una persona dada a denunciar, como dicen por aquí, con los pelos en la mano, de vez en cuando y de cuando en vez, presente a brujos que pronostican el acontecer político de Venezuela.
Cómo puede, sin terciar sus incisivas preguntas y repreguntas, aceptar, con sonrisa y complacencia, tal cúmulo de sinrazones. Si algo me ha hecho dudar de la verdad de sus denuncias es esto. ¿Si lo segundo es claramente falso, no lo será lo primero?. La verdad es que no lo creo, si algo ha caracterizado a los políticos venezolanos es que no dejan sombra de duda sobre su incompetencia y ladinos comportamientos.

Mi conclusión es que el bien conocido denunciador sufre temporales ataques de oscurantismo, tal ves como una víctima más de un raro stress traumático producido por presenciar tantos males.

Hasta aquí llego. Se que hable de paseos por “Radio y TV”. Dejaré mis anécdotas de las visitas a la radio para otra oportunidad.